Cuando era pequeña, siempre deseé tener un perro para controlarlo. No sabes cuánto deseaba tener uno, pero mis padres seguían sin comprármelo. Porque mis padres siempre pensaron que era completamente inútil, pero para nada para mí como niña. Y cuando pregunté a mis padres por qué pensaban que un juguete que era un invento técnico realmente genial y un juguete avanzado era inútil, me dijeron que simplemente era completamente inútil. Es cierto que yo tenía entonces ocho años, así que mis padres me dijeron que no necesitaba más juguetes así. Sólo que yo lo sentía mucho, porque realmente quería un perro andador así, que además saltara y ladrara y caminara hacia atrás.
Pero cómo iba a explicarles a mis padres que yo quería ese perro y que no era sólo un capricho. Así que mis padres me dijeron que si me apuntaba este perro durante otros seis meses, me comprarían uno. Y técnicamente el perrito mejor costaba doscientos. Todavía hoy lo recuerdo. Aunque mis padres me decían que el juguete era totalmente caro. Yo sólo quería el perrito porque se mueve. Mis padres me dijeron que al final me comprarían el perrito porque también empezaban a preguntarse cómo funcionaba un perro y qué tenía de guay y técnico para que yo hubiera querido uno durante tanto tiempo. Porque a mi madre también le interesaba la tecnología desde hacía mucho tiempo y también tenía bastantes aparatos técnicos en casa que le hacían la vida más fácil y le ahorraban tiempo.
Y aunque esto puede ser cierto en cuanto a lo que pensaban mis padres, no era que yo realmente quisiera el juguete por impulso y a propósito, por ejemplo, como también pensaban mis padres. Simplemente quería el perro porque realmente me gustaba y lo deseaba. Y al final resultó que en medio año tenía a mi querido perro, porque mis padres decidieron que yo estaba realmente interesada en el perro. Estoy encantado de que mis padres se apiadaran de este perro técnico, porque este perro me hizo compañía durante dos largos años antes de romperse. Ni siquiera la tecnología es perfecta.